La Bioresonancia según Paul Schmidt (BAPS), se basa en las oscilaciones de las que está compuesto todo el mundo. En el universo, todo está en vibración constante, desde las más pequeñas partículas sub-atómicas, a las inmensas galaxias del cosmos. Nuestros átomos están vacíos y en ellos vibran protones, electrones y neutrones, y partículas aún más diminutas. La mecánica cuántica señala que las partículas son materia y energía, se comportan como materia (corpúsculo) o energía (ondas). Toda la materia posee un componente vibracional con una rotación. El tratamiento con bioresonancia se denominan armonización y consiste en la aplicación de ondas con frecuencia y polarización (sentido de rotación de la onda) definidas. Cuando un organismo se daña, disminuye su oscilación, oscila con una frecuencia anormal, o se detiene del todo.